05-mayo-2012
Quiero comenzar por presentarme: soy un casi "sexagenario" apasionado por la informática, siendo mi primer acercamiento en 1984, es decir... ¡en el siglo pasado!
Y no es casualidad que mis primeras palabras estén dedicadas a resaltar la edad, "sexagenario" y otros "espejos", ya que al igual que les pasa a muchos de ustedes que ahora están leyendo esta nota, la sociedad, o nuestras propias limitaciones, nos recuerdan que ya somos "adultos mayores", aunque no me acuerdo muy bien cuándo fue que dejé de ser un "adulto" para convertirme en uno "mayor".
Sin embargo, el principal problema no es la edad que tenemos ¡al contrario! sino en creer que porque nos cambiaron de categoría, hay actividades que nos están vedadas.
Es cierto que muchas veces necesitamos más tiempo que el que utilizabamos antes para cualquier tarea y que, también, debemos hacer un mayor esfuerzo para concentrarnos o recordar algo que ¡cuándo eramos más jóvenes! pero todavía tenemos mucho para aportar a las nuevas generaciones, especialmente si tenemos la dicha de contar con nietos en nuestra familia. Pero por encima de las buenas razones hacia afuera, la más importante, es que todavía tenemos mucho para aportarnos a nosotros mismos.
¿Exceso de optimismo? No, para nada.
Estoy invitándolos a que descubran un mundo fascinante, que está más allá de nuestras narices o nuestras limitaciones físicas. Quiero que se animen a pensar en las posibilidades que nos proporciona Internet y en especial a la distancia: ver las payasadas que hacen nuestros nietos pequeños, cantar sus canciones preferidas ¡junto con ellos! compartir sus logros a medida que van creciendo, intercambiar fotos y noticias, documentos, experiencias, viajar por el mundo, conocer museos, paisajes, acceder a libros, música, vídeos, participar en grupos que tienen intereses comunes, leer diarios de cualquier lugar del mundo, y más ¡mucho pero mucho más!
Para aquellos que creen que "ya no están en edad de aprender computación" o que esto es algo muy difícil, les aseguro que no es así. Sin conocerlos, no me cabe ninguna duda que todos los días hacen cosas mucho más complicadas, solo que esto les resulta desconocido o atemorizante.
Para quienes tienen limitaciones físicas, problemas de visión e incluso de movilidad, deseo aclararles que los sistemas modernos tienen muchísimas ayudas específicas para superar un gran número de las limitaciones fisicas que nos complican la existencia.
¡Ah! me olvidaba, para usar Internet necesitan una computadora, pero hoy una PC es casi como un accesorio más de cualquier hogar, así que para empezar, no es imposible practicar en la de un hijo, un nieto o un vecino.
La mayoría de mis alumnos me dicen en su primera clase: "¿Y si la rompo? Salvo que decidan utilizar la pantalla como arco para patear, o que la limpien sumergida en la bañera, las posibilidades de un daño físico, teniendo un mínimo de precauciones, son casi nulas. Y los daños de funcionamiento, provocados por el usuario, en el 99% de los casos se solucionan.
Entonces... es el momento de hacer una primera experiencia, y creo que es justo hacer una aclaración: para los adultos mayores, aprender computación requiere desarrollar algunas habilidades que están dormidas y ahora sí, aunque no me agrade, la edad o las limitaciones juegan en contra, y es sobre todo aquí, donde con la clase individual y personalizada a la medida de cada alumno, se logran resultados extraordinarios en muy poco tiempo, y para incrementar la efectividad, la enseñanza debe hacerse sobre la computadora que este puede utilizar diariamente, sobre la cual luego podrá hacer sus prácticas.
Carlos Ostrovsky